Desde el confinamiento durante el inicio de la pandemia ha sido muy curioso ver cómo las temporadas de exposición total a una sola lengua han influido en la forma de hablar de nuestros hijos.
Durante el confinamiento, casi la totalidad de lo que oían los peques era inglés ya que estaban todos los días y a todas horas conmigo y noté como mi hijo mayor dejó de mezclar lenguas y aumentó su variedad de vocabulario y calidad gramatical enormemente. También noté cómo el mediano empezó a usar con su hermano el inglés en vez del castellano al jugar. No ir a la guardería ni al colegio que es donde hablan y les hablan más en español, ni poder ver a los abuelitos y pasar todas las horas del día conmigo en inglés hizo que la lengua más fuerte fuera el inglés de una manera muy llamativa. Desde entonces, así ha sido durante este último año.
Sin embargo, este verano ha sido muy especial y hemos pasado dos meses enteros con los abuelos y los primos y no hemos tenido ningún contacto con hablantes de inglés y prácticamente nada de tele en inglés. Se ha notado muchísimo en como el español iba ganando terreno, de la mejor de las maneras, mejorando su expresión, su pronunciación, su fluidez a la hora de hablarlo. A mí también me veían hablar mucho más con nuestros familiares en español de lo que lo habían hecho durante este último año en el que hemos hecho pocas visitas y salidas. Así que han acabado el verano dirigiéndose a mí en castellano y hablando entre ellos también en español.
Podría parecer algo negativo, pero no lo ha sido para nada. Me preocupaba un poco que había muchas palabras que sólo sabían decirlas en inglés y no en castellano y que, al hablar, llamativamente tenían una pronunciación de extranjeros, incluso en la gramática, hacían transferencias de la gramática inglesa a la castellana. Así que esta inyección de castellano les ha venido de maravilla. Ahora que ya ha pasado un mes y volvemos a nuestra rutina familiar, he notado que hemos vuelto a tener un equilibrio entre las lenguas, vuelven a dirigirse a mí casi siempre en inglés y entre ellos juegan mezclando frases unas en inglés y otras en castellano.
Me he dado cuenta de la importancia de estas estancias intensivas en las que potencias a tope una lengua. Yo las he vivido siendo estudiante de idiomas y ahora veo lo importantes que fueron también para mí. Ponemos a nuestro cerebro a trabajar y a desarrollarse en situaciones novedosas, excitantes y originales y absorbemos la lengua como el vehículo para seguir disfrutando. A ellos les pasa lo mismo. Seguramente, esa cantidad de concentración y energía necesaria para nuestro cerebro no pueda mantenerse durante mucho tiempo, por eso creo que el hecho de que sean sólo temporadas es muy interesante.
Se potencia una lengua sobre las otras y es cierto que se rompe el equilibrio que teníamos anteriormente, pero sirve para crear otro nuevo posteriormente con mucho ganado.
Conozco gente que se va a Reino Unido, EEUU, Malta...o incluso a sitios en España donde organizan estas estancias para familias que hablamos a nuestros hijos en inglés, para pasar una temporada ahí y potenciar el inglés. Nosotros tenemos ganas de hacerlo también. Creo que a los peques les vendrá de maravilla a nosotros como padres también nos resultará interesante. En cuanto nos lancemos lo iré contando.
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