Con mucha energía, desde los dos meses, empecé a hablar a mi hijo mayor en inglés y todavía hoy mantengo las mismas razones por las que empecé a hacerlo y las ganas seguir.
A medida que pasa el tiempo, va resultando más fácil hablar a nuestros hijos en una lengua que no es la nuestra nativa ya que cada vez hay más recursos con los que mejorar nuestro inglés, podemos ver en Internet a más familias que comparten su experiencia, hay más grupos en las redes sociales para apoyarnos y darnos ideas y, sobre todo, cada vez nuestros hijos se van haciendo más mayores y lo que inicialmente es decirle cosas a un pequeño que no interactúa mucho, se va convirtiendo en una comunicación más completa en la que son nuestros niños los que también hablan.
Para mí ha habido cinco momentos muy claros en los que he tenido un subidón de energía y un gran positivismo que me ha recargado las pilas para seguir hablando con mis hijos en inglés.