Últimamente nos estamos moviendo en ambientes muy multiculturales, nos juntamos con familias de diferentes nacionalidades y estamos disfrutando mucho de hablar en inglés con niños y mayores.
Entre esas familias hay algunas cuya lengua nativa es el inglés y otras que hablan otras lenguas, pero aún así tienen un dominio del inglés muy bueno. Es justamente el tipo de situación por la que hablo en inglés a mis hijos, para poder ser capaz de hablar y disfrutar con cualquier persona del mundo.
Pues bien, el otro día unos amigos de origen sudafricano me dieron la enhorabuena por haber hablado a mis hijos en inglés desde pequeños. Me dijeron cosas geniales sobre lo bien que hablaban inglés. Yo, anteriormente, al ver como interactuaban mis hijos con total naturalidad con estos padres e hijos, ya estaba alucinada y emocionada de cómo hablaban los unos con los otros, con total fluidez, sin ningún tipo de vergüenza, expresando todo lo que querían y pasándoselo de maravilla. Además de ser muy atentos con mis hijos fue muy agradable que también me comentaran su punto de vista. Les parecia muy interesante que papá les hable en español y mamá en inglés.
Otro día, una mamá de origen alemán, al ver que yo hablaba inglés con mis hijos, me estuvo preguntando, que porqué mis hijos hablaban tan bien inglés siendo tan pequeños, que porqué lo hacía, que cómo me sentía... noté que tenía curiosidad, pero a la vez sentí que ella no compartía mi manera de criarles en inglés sin ser nativa. Pero una semana después, tras habernos visto más días, me dijo que le encantaba lo que estabamos haciendo, que si no lo estuviera viendo, hubiera pensado que era imposible. Comenzó su conversación diciendome que mis hijos no tenían acento, que parecía que su lengua materna era el inglés.
Una de las cosas buenas de estar en entornos interculturales e internacionales es que, en general se da importancia al aprendizaje de lenguas. Es un tema que para los padres es importante y suelen reflexionar sobre ello. Tenemos amigos que han elegido hablar a sus hijos sólo en la lengua de uno de los dos y desechar la lengua del otro ya que no tienen intención de mantener las raices con ese país; amigos que, como nosotros, uno de los dos habla en inglés a sus hijos sin ser nativos; y amigos que hablan a sus hijos cada uno en su lengua materna. Cada uno ha tomado sus decisiones según su situación familiar y son especialmente cuidadosos y educados al hablar sobre las decisiones de los demás.
Tras los primeros años, en los que se tienen bastantes dudas, cuando te preocupa más lo que piensen otras personas, sobre todo mientras se espera a esas primeras palabras de los peques, hasta que por fin empiezan a diferenciar las lenguas y a usarlas sin mezclarlas y con las personas adecuadas... Ahora estamos en la gloria. Es un esfuerzo que merece la pena. Y recoger comentarios positivos da muchísimo gusto.
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