Hace un tiempo que quiero escribir sobre lo que he ido viviendo desde hace varios años al compartir momentos con familias bilingües en las que cada uno de los padres es de un país con lenguas diferentes. He visto cómo han ido interaccionando entre las parejas, los padres con los hijos y los hermanos entre sí. Y he podido ir viendo las similitudes y diferencias con respecto a lo que yo estoy viviendo con mis hijos hablándoles en inglés sin ser nativa.
Es curioso cómo, en general, se alaba que las familias bilingües hablen sus respectivas lenguas a sus hijos. Se considera lo correcto, se favorece y se emiten estudios a su favor. Incluso se considera incorrecto 'privar' a los hijos de una de esas lenguas si uno de los padres es nativo en ella. Pero, ¿qué pasa con las familias monolingües que hablamos a nuestros hijos en una lengua en la que no somos nativos?
Personalmente, he recibido un cincuenta por ciento de comentarios a favor y el otro cincuenta en contra.
Pero es curioso que, bajo mi punto de vista, no hay tantas diferencias entre la interacción que observo en las familias de bilingües nativos y no nativos.
Diferencias y similitudes en la crianza de hijos bilingües
Estos son unos ejemplos de interacciones de familias bilingües nativas que he visto:
- Las familias sienten que están haciendo lo correcto.
- No piensan que puedan causar alguna dificultad en el aprendizaje de sus hijos.
- Los abuelos y otros familiares están orgullosos del bilingüismo de los peques.
- Hablan con sus hijos con naturalidad.
- Buscan exposición extra a la lengua minoritaria mediante lecturas, fichas, dibujos, playgroups con otros niños o vacaciones con los familiares.
- Los padres, al hablar en su lengua materna no tienen que pensar en la corrección, en la lengua extranjera sí.
- En su lengua materna los padres no comenten errores gramaticales y en la extranjera sí.
- A veces, los padres dicen alguna palabra o frase en la lengua mayoritaria para que el niño les entienda mejor o porque en la situación en la que están predomina más ese idioma.
- Algunas familias, cuando están con gente que habla la lengua mayoritaria, todos dejan de usar la lengua minoritaria entre ellos.
- Los hijos saben que los padres saben hablar las dos lenguas ya que les oyen hablar entre ellos, con los profesores, con los dependientes de las tiendas, con los amigos y familiares.
- De pequeños, sus hijos mezclan las lenguas y cometen errores gramaticales.
- A veces (o constantemente) los niños se dirigen a sus padres en la lengua mayoritaria.
- Tardan un tiempo en soltarse a hablar y de pequeños son algo más tímidos a la hora de expresarse.
Desde mi punto de vista, a riesgo de parecer pretenciosa, siendo una familia bilingüe no nativa, digo haciendo un ejercicio de objetividad que todo lo que visto ha sido igual que lo que he vivido yo en mi propia piel hasta hoy. Las únicas diferencias son:
- La naturalidad con la que yo hablaba a mi bebé mayor era menor ya que tuve que leer mucho vocabulario y expresiones de bebés en inglés. Con el pequeño, esperé hasta los 10 meses para hablarle el 100% en inglés y así sentirme más cómoda.
- A mí me preguntan porqué les hablo en inglés si soy española y me comentan su opinión sobre lo correcto o incorrecto de lo que estoy haciendo.
- Mi entorno se preocupa por si 'estaré liando a los niños con tanta lengua'.
- En la lengua extranjera en la que hablo a mis hijos cometo errores gramaticales y en mi lengua materna no.
Las críticas a unos y las alabanzas a otros
Una amiga española que tiene un novio inglés me comentó el otro día un aspecto que ella consideraba como negativo de la crianza bilingüe no nativa. Me dijo: pero para tu hijo puede ser un problema, porque él te va a hablar en castellano, porque él sabe que tu hablas castellano.
Mi contestación fue que mi hijo por ahora, con tres años y medio, me habla en inglés. De hecho, cuando me dice algo en castellano, si seguimos hablando y me lo vuelve a decir, lo dice en inglés. También le dije que a ellos les pasaría lo mismo en un futuro cuando tengan hijos. Sus hijos sabrán que aunque su mamá es española y su papá inglés, los dos hablan las otras lenguas entre ellos, con amigos, en el colegio... y sabrán que si hablan esas lenguas con ellos, les entenderán. Personalmente, veo la situación muy similar. Los niños no entienden de nacionalidades, ni de lenguas nativas, ni saben qué son los errores gramaticales. Sus padres hablan de una manera y ellos lo ven normal. Mi hijo no sabe si soy española o inglesa, él sabe que le hablo en inglés, que él también sabe hablar como mamá y que nos entendemos perfectamente. Supongo que de mayores pueden tener preferencias, como cualquier niño, adolescente o joven bilingüe, pero yo por ahora al día a día.
También me comentó que el hablar a mis hijos en inglés era fingir algo que no soy. Me pareció una frase muy curiosa, quizás poco meditada antes de verbalizada. Nunca he querido ni ser ni parecer inglesa. Valoro el inglés como lo que es hoy en día, un vehículo de comunicación con cualquier persona del mundo. No soy fan de las costumbres anglosajonas. Tengo un acento español hablando un buen inglés con el cual me siento cómoda. Me encanta compartir con mi marido la bonita cultura, gastronomía, historia y costumbres españolas y podérselas trasmitir a mis hijos. Mi blog se llama Lanonativa. Como maestra me gusta enseñar ciencias, plástica, mates, música... en inglés, cuando toca dar cosas de la cultura inglesa no lo disfruto en especial. Pienso que sí se puede enseñar una lengua extrayéndola del contexto cultural. No estoy fingiendo nada que no sea. No tengo nada que enmascarar ni que cambiar. Hablar a mis hijos en inglés no es renunciar a nada, ni cambiarlo, ni siquiera añadir nada culturalmente. Para mí es simplemente un vehículo que quiero regalar a mis hijos.
En varias conversaciones que he tenido con familias bilingües nativas, me han expresado sus dudas sobre la crianza bilingüe por no nativos. Supongo que como ellos saben perfectamente que el camino del bilingüismo no es sencillo, piensan que el hecho de no dominar a la perfección una lengua pueda hacer que nuestros hijos no la aprendan bien, o quizás que pretendemos ser algo que no somos. Me comentan que el instinto de hablarle a tu hijo en tu lengua materna es muy fuerte y que no hacerlo es un error. Es cierto que el instinto es muy fuerte, y yo misma me dejo llevar por mis sentimientos internos y expreso las cosas que me apetece en castellano (¡ole mi chico! ¡Vale ya! ¡Se acabó!...) pero tengo claro y lo confirmo con mi día a día, que una vez que te has acostumbrado a hablar en inglés con tus peques, todo va rodado y tu instinto se ve modificado por tus rutinas.
Por otro lado, el trasmitir los errores gramaticales al hablar con nuestros hijos está siempre entre los argumentos en contra de la crianza bilingüe no nativa.
Cuando el hijo de una pareja bilingüe nativa pronuncia algo mal, coloca mal las palabras o cambia el tiempo verbal, es un error lógico, es pequeño, tiene que aclararse con las lenguas, ya mejorará... Sin embargo, cuando lo dicen mal mis hijos es 'por mi culpa'.
Yo cambiaría esa culpa por un 'es gracias a mí'. Es gracias a mí que ha cometido ese pequeño error y que sea capaz de leer un libro de 100 páginas y enterarse de una peli de dos horas en inglés que le ayude a corregir ese error que su 'madre insensata' le ha trasmitido.
También me parece interesante mencionar el hecho de que escolarizar a nuestros hijos en centros en los que la lengua principal es una lengua extranjera, como por ejemplo: un Liceo francés, un colegio británico... No crea grandes inseguridades en los padres. El hecho de que vaya a mezclar lenguas, que vaya a aprender conceptos abstractos, a desarrollar sus competencias para aprender y socializarse en una lengua extranjera no se percibe como una dificultad.
Lo que me llama atención es que a algunas de las personas que critican que yo hable en inglés a mis hijos, les parece bien esta forma de escolarizar a los niños. Argumentos que a mí me lanzan como críticas, son alabanzas para esa otra buena modalidad de llegar al bilingüismo de nuestros hijos.
El éxito de nuestra fortaleza
Como comenté en otra entrada hay dos razones muy fuertes por las que desde antes de tener hijos quería hablarles en inglés desde pequeñitos:
- Una era porque como maestra y persona de mucho viajar, he visto como los pequeños que están inmersos en una lengua extranjera la aprenden rapidísimo y la interiorizan sin dificultades. Es una lengua regalo. Y una vez establecidas las bases de ese idioma, pueden ir creciendo con él, perfeccionando su escritura, ampliando su vocabulario, usarlo para estudiar, viajar...
- Y la otra es que siempre que he visto familias bilingües, me ha resultado muy atrayente ver cómo se expresaban entre ellos, cómo sus hijos hablaban varias lenguas... y lo he querido para mí. El amor de mi vida, con quien he congeniado, con quien he podido compartir todo sobre mí, es español, de esos que vaya por donde vaya del mundo es reconocido como español sin abrir la boca. Pero no ha sido una limitación en mis sueños, al contrario, ha sido el mejor de los complementos.
El hecho de que una familia sea bilingüe y hablen a sus hijos en sus respectivas lenguas maternas, no asegura el éxito del bilingüismo de sus hijos, no debemos engañarnos. Para conseguir que sus hijos sean bilingües van a tener que ser constantes, superar dificultades, aceptar que sus hijos pueden preferir una lengua u otra, oír cómo mezclan lenguas, hacer lo posible porque estén expuestos en diferentes contextos a la lengua minoritaria... Vaya, exactamente lo mismo que hago yo sin ser nativa.
Intento ser objetiva al escribir estas palabras y en este blog cuento venturas y desventuras para ofrecer a aquel que me lea una visión real de unos padres con un nivel bueno (no perfecto) de inglés que hablan a sus hijos en esta lengua desde bebés. Y sinceramente, creo que la única diferencia grande que encuentro entre familias bilingües nativas y no nativas es la comodidad que puede tener un nativo al hablar a su bebé, que un no nativo va a tener que ir aprendiendo y hacerlo de una manera menos natural durante un tiempo con el primer hijo (en mi caso fue alrededor de un año). Y sin lugar a dudas, el hecho de que los no nativos tenemos que aceptar que seremos juzgados y aleccionados por los que no comparten lo que hacemos.
Complejos y críticas
Los complejos son nuestros enemigos de viaje. De alguna manera son inevitables, pero debería ser nuestro mayor esfuerzo, eliminarlos de nuestro pensamiento. Aunque estén presentes, tenemos que intentar no prestarles atención, conseguir que se vuelvan pequeños y dedicarles el menor tiempo posible ya que de lo contrario pueden ser verdaderos muros que nos impidan comenzar esta aventura, o incluso, tristemente, dejarla una vez empezada.
Según nuestro nivel de inglés, de dudas o miedos, podemos afrontar esta aventura de hablar a nuestros hijos en inglés de diferentes maneras, con mayor o menor tiempo de exposición, delante de todo el mundo o sólo en la tranquilidad de nuestras casas... Cada familia tenemos que ir viendo nuestras preferencias y con qué nos sentimos cómodos. Pero tenemos que conseguir que el hecho de no ser nativos, no sea un impedimento para ayudar a nuestros hijos a hablar una nueva lengua desde pequeños.
Finalmente, tenemos que aceptar que no estamos en la mente de las demás personas. Prácticamente todos nuestros pensamientos están subjetivizados por nuestras experiencias, nuestra educación, nuestras circunstancias... incluso los más abiertos y tolerantes tienen prejuicios en ocasiones. Diría que es un ejercicio imposible el dejar de criticar aquello que hacen otros... sin embargo, no es tan difícil dejar de dudar de nosotros mismos. Hablar a nuestros hijos en inglés no es malo, ni para ellos, ni para nosotros, ni para nuestra familia ni entorno. No lo es. Es simplemente algo novedoso, algo curioso, algo poco común. Es por eso por lo que despierta dudas y recelo. Al igual que en el pasado el bilingüismo de los niños de familias bilingües creaba dudas, ahora lo hace el bilingüismo de los niños de familias criando en una lengua no nativa.
El tiempo dirá si estamos en lo cierto o no, pero yo creo que una crianza en una lengua extranjera sin ser nativos puede ser sana y positiva, si aquellos que lo viven lo disfrutan. Hablemos a nuestros hijos en inglés un rato, más ratos o todo el tiempo, ¡lo que queramos! Nosotros realizaremos el esfuerzo de que a veces no nos sintamos del todo naturales o de tener ciertas dudas y de recibir las criticas oportunas, pero en un futuro, nuestros hijos dominarán una lengua perfectamente, de una forma natural y sin que les haya costado horas y horas de clases.
Quizás cuando ellos tengan hijos y les hablen en inglés, nadie les critique, ya que ellos sí que hablarán a sus hijos en su segunda lengua materna, su lengua regalo.
Gracias por este excelente post! :) Corresponde absolutamente a nuestra experiencia. De hecho, es cierto que a la gente les parece normal y recomendable que los nativos transmiten sur idioma pero todo lo contrario para los no-nativos. A mi marido, nadie le le dijo que dejase transmitir su idioma sin embargo a mi la no-nativa tuve comentarios como que tenia que dejarlo, que no era mi idioma, etc... :( Ahora que mis hijas hablan perfectamente nuestros 3 idiomas, la gente dejaron de comentar (¡¡o incluso ahora nos felicitan!!, pero no puedo olvidarlo por la pena la sensación de injusticia que provocaron estos comentarios.
ResponderEliminarMuchas gracias Amy!
ResponderEliminarGracias por compartir toda tu experiencia. En mi caso mi esposo y yo estamos educando nuestro hijo bilingüe (Español e Inglés) nuestro idioma materno es el Español y vivimos en Colombia, así que ya te imaginarás el reto que tenemos al no tener en ambie te en segunda le lengua.
ResponderEliminarMe imagino que no es fácil educar a vuestro hijo de una manera bilingüe inglés y español en un entorno hispanohablante, pero mi caso ha sido el mismo y te animo que continues porque es una maravilla hacerlo.
EliminarYa cansada de buscar informacion en youtube buscando una respuesta si hacia lo correcto en lanzarme en el reto de enseñar ingles a mi bebe de 2 meses ingles idioma q no es mi lengua madre ( soy de Perú). Te encontre finalizando x fin mi busqueda. Muchas gracias por haber sido valiente y disciplinada y haberlo conseguido cn tus hijos de enseñarles y 2do de hacernos el gran favor de compartirlo mundialmente.
ResponderEliminarMe encantaria ver mas informacion en tu blog.
Por primera vez sigo un blog. Encantadisima de leer en estos momentos 12: 48 a.m tus publicaciomes mientras mis hijas estan durmiendo. Siendo oro tu informacion.
Gracias Angela, me alegra mucho que encuentres interesante que cuente mi experiencia. Mucho ánimo, es un esfuerzo que merece la pena.
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